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viernes, 3 de diciembre de 2010

Mis amigos de la infancia y mi cumpleaños 50

No sé si a aquellos que ya son padres alguna vez sus hijos le han preguntado con frecuencia por los amigos de la infancia y la adolescencia. Al menos a mí, muchas veces Juan y Victor me han comido a preguntas. Y siempre he apelado a mis memorias recordando aquellos tiempos de mi niñez, pero siento que no es suficiente solo el ejercicio de mi memoria.

Ahora, al cumplir 50 años, se me ocurrió sorprender a mis hijos con este video casero en el que amigos de mi infancia responden a algunas de sus inquietudes. No es un auto-homenaje, es un legado para mi hijos, que al mismo tiempo quiero compartir con ustedes en este blog.

sábado, 1 de marzo de 2008

Feliz cumpleaños, Tali

Recuerdos desde la distancia

Eres la hermana que me sigues. Naciste cuando yo tenía 2 años y tres meses. No recuerdo tu llegada al mundo porque mi memoria no registra ese momento. Pero sí tengo una vaga idea de que nuestra madre nos mecía en el sillón a los dos juntos, uno en cada brazo. Y no sé bien quiénes disfrutábamos más del balancín, si Mima o nosotros. Hoy 2 de marzo del 2008, cumples 45 años. A ti van dirigidos estos recuerdos desde la distancia. FELICIDADES MI HERMANA!

María Isabel, Gisela y yo

Tali, como siempre te llamé desde pequeño (no sé por qué), eras mi hermanita de los juegos, porque Olga, Pepe y Mary tenían 6, 7 y 8 años, respectivamente, más que nosotros. Así que, con el tiempo, esa diferencia de edades de nuestros tres primeros hermanos influyó muchísimo a la hora de compartir nuestras andanzas infantiles aunque, por supuesto, de vez en cuando jugábamos juntos al escondido, a las bolas; a la pelota; al 1, 2, 3, muñequito trapo es; a la rueda rueda, y al pon. En aquellos años tu y yo éramos sus mascotas.

Tuve que esperar unos cuantos años para que te igualaras a mí en tamaño y habilidades. Recuerdo que las operaciones ortopédicas a las que fuiste sometida en una de tus manos, cuando aún era una bebita, frenaron un poco el desarrollo normal de tu infancia. Tus deditos nacieron como agarrotados, y tuvieron que ir enderezándolos uno a uno. No obstante, lo protegida que estaba por nuestros padres y hermanos mayores, pocas no fueron las caídas y los choques cuando corríamos juntos.

Después los hermanos mayores fueron creciendo y despuntaron hombres y mujeres. Con decir que cuando yo tenía 9 años y tú 7, ya Olga, nuestra tercera hermana, estaba esperando a su primera hija. Así que tu y yo terminamos jugando con los amiguitos del barrio ‘La Vigía’, donde residimos hasta 1971.

La casa que nos cobijaba como familia numerosa (seis hermanos, porque después en 1967 llegó Gisela), era de techo de guano, con una amplia sala y un dormitorio a cada lado, y un medio punto servía de división con el comedor, que a su vez, comunicaba con la cocina, a la derecha, y desde ésta se iba al baño. A mano izquierda del comedor había una tercera habitación. Delante y detrás de la casa habían sendos portales donde nos pasábamos la mayor parte del tiempo jugando.

Desde que tuve uso de razón, observé que fuiste siempre muy voluntariosa, emprendedora y lista, aunque en ocasiones te mostrabas un poco introvertida. Te las ingeniabas muy bien para hacer valer tus derechos cuando de competencia se trataba. Tenía tu genio y también tus leyes. Debías haber estudiado Derecho, porque saliste buena defensora de las causas justas.

En la escuela eras inteligente y tenías buenas notas. Te gustaba estudiar y formar equipos, y brillabas en la realización de las tareas colectivas. Si no me equivoco, fue una pena que, al llegar al nivel secundario, Mima no valorara tu capacidad e inteligencia y no te dejara continuar tus estudios.

Como hermana siempre nos regalaste el cariño que de ti desprendía. En aquellos años compartimos muchas alegrías y momentos lindos. Desde pequeña fuiste muy dispuesta a cooperar en las labores de la casa. Aprendiste de Mima cómo mantener la limpieza, lavar bien la ropa, tener la cocina brillando, etc. Ahora eres el reflejo de todas esas habilidades caseras.

Como tía no puedes ser mejor. Tus sobrinos te adoran, porque te ven como una segunda madre. Te has ganado ese cariño con la dedicación de muchos años. Recuerdo que todavía no habías sido madre y ya te llamaban mamá, sobre todo los hijos de nuestra hermana Olga que se criaron muy apegados a ti. Los demás sobrinos te quieren muchísimo y conservan muy buenos recuerdos de aquellos años en que, como ahora, te desvivías por atenderlos cuando te visitaban. De hecho, mis hijos Víctor y Juan siempre hablan de tía María Isabel con mucho cariño y están conscientes de cuánto te preocupas por ellos, sobre todo tu ahijado Juanqui.

¡Qué decir de tu papel de madre abnegada!... La vida te ha premiado con dos hijas maravillosas, Lideybys y Lisandra, y con Dudleys, hija de una sobrina que la has criado como si también fueras su madre. A las tres le has inculcado los buenos valores, y con el apoyo de Albe les has enseñado lo que es el respeto y la humildad.

A tus 45 “primaveras”, ocupas hoy el lugar que dejaron nuestros padres, y siempre estás pendiente de toda la familia, aunque no todos te lo reconozcan como deberían. Ahí estás, María Isabel , al tanto de todo cuanto ocurre a tu alrededor, uniendo a los hermanos y a los sobrinos, y propiciando el entendimiento y la continuidad de la familia Roque García.

¡Feliz cumpleaños, mi hermana! Te has sabido ganar ese lugarcito en nuestros corazones. Le pido a Dios y a la vida que te siga premiando con toda la felicidad que te mereces y que, sobre todas las cosas, te de mucha salud para esperar la llegada de tus nietos.

¡¡¡¡¡ TE QUEREMOS MUCHO !!!!!!!!!!